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¡A Apendectomizarse!



ra la noche de un miércoles normal de una semana normal. Había terminado mi cena normal, y me dirigí a la cama normalmente para ver otro capítulo más de Smallville. Todo transcurría sin incidentes hasta que dieron las doce de la noche, hora Gremlin, momento en el que se activó del dolor de barriga que no me abandonaría fácilmente. Mi primera sospecha fue un empacho: “una cena abundante provoca dolor, nada más, se me pasará si duermo”. Pero la noche avanzaba y el dolor no desaparecía, por lo que opté por los remedios habituales de manzanilla, medicamentos, calor, dormir en posición fetal, sana sana culito de rana… y nada de ello daba resultado. Me tragué medio programa de Buenafuente en este lamentable estado, puesto que el dolor no me dejaba pegar ojo. En un momento de desesperación, recurrí al plan de emergencia, sólo usado para casos graves: beber agua. Me temí lo peor, puesto que sólo me apetecía beber aguita, cuando el cuerpo normalmente pide cubalitros, y me pasé la noche sin dormir, entre sorbos y sorbos de agua. Desperté a las 9 de la mañana, y el dolor estaba muy disminuido, pero seguía allí. Muy raro, pensé, puesto que un dolor de barriga no dura tanto, ni hace pasar tan mala noche, pero una enfermedad más grave no debería doler tan poco, pero como el dolor se había concentrado hacia el lado derecho y dolía al presionar, pues nada, más vale prevenir, así que, después de esperar un rato y no mejorar, a vestirse y a tirar para Urgencias, a eso de las 11:00 de la mañana.

Yo pensé que llevaba una cara demasiado saludable como para que me hicieran caso en urgencias, y así fue. Me hicieron una analítica y radiogafía sorprendentemente rápido, y luego me tuvieron casi 2 horas esperando a pasarme a consulta para decirme lo que tenía. Al ver que pasaba el tiempo, que mi dolor no empeoraba (me encontraba como para irme a montar en quad) y que no me decían nada (pensé “si la gente entra a consulta antes que yo y el médico no me dice lo que tengo, será que no es para tanto”), así que fui calculando el tiempo para ver si llegaría a tiempo al trabajo por la tarde. Pero el que la consulta me la pasara el cirujano y no el médico de urgencias ya me hizo sospechar que aquello sólo se arreglaría cortando, y a eso de las 3 de la tarde me dan la noticia: sip, es apendicitis. Me mandan a cogerme una vía en el brazo y me suben a la habitación (evidentemente, a esas alturas ya llamo al trabajo, porque sospecho que la cosa va a estar chunga para trabajar… :/).

Total, que sin venir a cuento, los planes del fin de semana: Ir al centro, celebrar cumple de José, hacer algo chulo el sábado… se convierten en algo mucho menos divertido y mucho más quirúrgico. En fin, que el resto de la tarde del jueves me la paso con la vía en el brazo, sin que el lado derecho del abdómen duela demasiado (pienso “¿seguro que es apendicitis, o es que quieren operarme para sacarle el dinero al seguro médico?…), y con el mal rato en el cuerpo que me llevo debido a que no puedo comer ni beber hasta después de la operación, lo cual sí me dolió más que la apendicitis.

En fin, llega la tarde-noche, vuestras visitas :) , me da algo de fiebre (sería por disimular, por lo menos para aparentar que estoy enfermo) y por la noche tampoco puedo dormir mucho porque me cambian 8000 veces el suero y me ponen 5000 litros de calmante de forma nada silenciosa, total, que al día siguiente, cuando voy a la operación, entro al quirófano deseando que me pongan la anestesia para ver si duermo algo, y así fue: el sueño de la anestesia es el mejor invento. Es rápido, cómodo, y no me enteré de nada. Me pasé toda la tarde durmiendo, y la anestesia ni me sentó mal ni la operación parece gran cosa: me duele el lado operado, pero dolió más ver “De boda en boda”. Esa tarde si que estuve más chungo, pero se agradecen las visitas recibidas, y no me dolió tanto al reírme :). Al menos ya podía comer, aunque la comida del hospital es como para pedirse de primer plato un salero, pero bueno, al menos ya me quitaron la vía del brazo y volvía a tener dos brazos útiles (así es más fácil jugar a la Playstation).

Hemos hecho cosas raras, pero celebrar un cumpleaños en una habitación de un hospital no se ve muy a menudo, sobre todo si el cumpleañero no es el que está enfermo… pero bueno, ya se celebrará otro día en un lugar más acogedor, que lo importante es no quedarse sin regalos :P.

Por lo demás, el resto de la estancia hospitalaria transcurrió también de forma normal: sigo pensando que me han timado, porque aquello ni duele demasiado, ni tiene una cicatriz que impresione (por eso no me van a invitar a un Wok ni bombones ni nada). El único momento en que pensé que estaba realmente enfermo es cuando ví que España ganaba en el fútbol, seguramente un delirio por tanta medicina intravenosa y tanta comida insípida.

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En fin, vuelvo a casa y me encuentro que eso no lo actualizan ni el Tato, así que hala, a ver si os entreteneis en leer un rato lo que escribo, y ahora que ya estoy en casita, ¡a ver si nos vemos por messenger!.

¡Gracias a ToD@S por las visitas, llamadas y mensajes recibidos!

Gracias por los pasteles, los dvds, los partidos al Pro, por ser por una vez de verdad el protegido del grupo :p, por meterse conmigo a mis espaldas con lo de la chinchilla-Uruk-hai ;p, por hacerme de reir y que mereciera la pena que doliera un poco, por no asustar demasiado a las enfermeras, y por hacer que así sea de lo más divertido pasar por un quirófano :)

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¡Un saludo!
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1 comentario:

Joapain dijo...

Estimado nota-kun

Todos nos alegramos de tu mejoría y que ya estes tranquilito en casa sin sueros ni comidas acartonadas.

También es una alegría el que haya alguien que siga escribiendo en este blog.

Un abrazo.

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