¡Suscríbete! RSS / email

Te quiero tangar

¿Cómo es posible que nos timen tantas veces en tan poco tiempo?. Desde luego, este fin de semana ha sido de pleno trabajo para el Murphy, que el muy cabrón habrá tenido que ponerse a escribir leyes nuevas a nuestra costa...
Entre los diversos timos (empezando por el follón del Circo del Sol, que no viví en directo), cabe destacar la cena tan "copiosa" que nos dimos el viernes, en la que nos prometieron una pizza del tamaño de una rueda de molino, que al final se convirtió en una cosita tan triste y tan chica que daba pena comersela; eso sí, todo amenizado por los comentarios del camarero que no callaba y que no paraba de querer hacerse el gracioso (al principio, se parecia un poco al largo del Dúo Sacapuntas, pero tras hora y cuarto esperando la comida, para que encima la trajeran mal, acabó siendo más pesado que un Tarrascus en brazos...). Total, que no he pasado más frio y más tiempo esperando en una mesa (al lado de un contenedor de basura, por cierto), para comerme algo tan triste, así que, la verdad, a veces es mejor no salir del nido e ir a tiro fijo, que a veces las novedades no salen como uno se lo espera.
Total, que para que no termine la racha de timos variados, el sábado planeamos la mega-salida nocturna en grupo: fiesta, bebida, salir, conocer gente... ¡si, claro, ahora mismito!... más bien que la cosa terminó en una casa (y ya sabemos que casa=sofá+patatas fritas). En este caso, no había patatas, pero sí que habia sofá, que nos mantuvo retenidos más de lo sanamente deseable, con lo que al personal se le fueron pasando las ganas de salir (básicamente, porque ya no era muy lógico), así que al final la cosa quedó reducida al mayor peligro conocido por el ser humano: salida sólo de chicos.
La noche de chicos ha ido evolucionando con el paso del tiempo: primero era un triste Mcdonalds+cine. Luego subió de nivel, y terminó con Foster+cine (igual de triste que antes, pero más caro), y actualmente, es una verdadera incógnita (puede pasar de todo, pero nada bueno, y el denominador común a toda reunión únicamente masculina es el aumento cosiderable de las posibilidades de lesionarse o enfermar y terminar con puntos en una herida o una via en el brazo...
Yo ya me temia lo peor, pero finalmente, la noche no terminó tan mal: todos salimos sanos y salvos, sin lesiones aparentes, salvo en el orgullo: porque eso de ver cómo 3 tias bailan pegado con un personajillo extraño, bajito, repeinado raro y con ropa peculiar, pues la verdad es que lo deja a uno con una cara de tonto de campeonato, así que nos volvimos a casa derrotados, pero sin visitar Urgencias (todo un logro).

En fin, se ve que este finde el Enano sin detalles se ha ido de vacaciones y nos ha pasado su mala suerte a los demás... a ver si la cosa cambia, y nos visita alguna vez el goblin, que nos de ideas que nos inspiren...

¡un saludo!

1 comentario:

Joapain dijo...

Lo del personajillo del bar fue tremendo. O el concepto de tio bueno ha cambiado mucho en los ultimos meses, o a ese tio los billetes le iban bailando en el bolsillo.

Espero que murphy se de un descansito con nosotros este finde que ya nos tiene un poco hartos

Ir Arriba