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feministas y feministos

En la línea de lo que escribí sobre el texto acerca del presunto Talibán, ahora quiero llamar vuestra atención sobre más estupideces lingüísticas que se extienden por los medios y las instituciones de forma bastante llamativa: la supuesta igualdad en el lenguaje.

Os remito a unos enlaces, donde lo exponen mejor que yo (os recomiendo los 2 de Reverte...).

- Las miembras y los miembros (A. Pérez Reverte)

- Periodisto y escritoro

- La osadía de la ignorancia (A. Pérez Reverte)


De estos textos, extraemos varias conclusiones, como por ejemplo, que es absurdo calificar el lenguaje de machista por el uso del género neutro. La mala interpretación está en el que lo entiende, no en la expresión del lenguaje castellano, que es muy claro a la hora de habar de masculino, femenino o neutro -que los engloba a ambos-. Confundir género con sexo y pretender que las terminaciones consideradas como "masculinas" apartan a la mujer del contenido es tan absurdo que merece que esta lucha feminista pase por los cuadernillos Rubio, como se explica en el segundo enlace que os he puesto.

Es engorroso hablar de ciudadanos y ciudadanas, de los y las votantes, de bomberos y bomberas... cuando todas estas palabras tienen un género neutro que las engloba a las demás. El que el neutro pueda coincidir en bastantes casos con el masculino no implica omisión o menoscabo de las féminas, que también se encuentran recogidas en el significado.

La lucha debe estar en temas realmente discriminatorios, como malos tratos, diferencias salariales, despidos por maternidad... y no perder el tiempo llenando a las instituciones de reclamaciones y quejas por este lenguaje presuntamente machista (¿o será machisto?), y luchando por la supuesta igualdad del lenguaje, puesto que hablar de médicos y médicas, abogados y abogadas, carteros y carteras, es lo que realmente marca las diferencias y separa lo masculino de lo femenino, en lugar de buscar la igualdad y la concordancia (que es lo que se pretende con el uso del neutro castellano).

En fin, ya puestos a buscar la igualdad de todos y todas (¡puaj!), además de hablar de ciudadanos y ciudadanas, votantes y ¿votantas?, arquitectos y arquitectas, también tendrán las radicales que incluir términos como fisioterapeutas y ¿fisioterapeutos?, además de economistos, albañilos... por no hablar de las palabras con connotaciones negativas: cuando haya incendios provocados, se buscará a pirómanos y pirómanas, o se hablará de encapuchados y encapuchadas de ETA, cuando haya un crimen se buscará al asesino o asesina... y es que, ya puestos a marcar diferencias y separar los sexos, también habrá que hacerlo para lo negativo, que hasta ahora se sigue nombrando en neutro... las asociaciones machistas radicales querrán este cambio de connotaciones negativas de las palabras, puesto que se sentirán ofendidos al oir hablar de "maltratadores", siendo el término adecuado "maltratadores y maltratadoras".

Por cierto, ¿os dais cuenta de la diferencia que hay de hablar de "feministas" o "machistas"?. Puede que sea verdad que el lenguaje si tenga una carga sexista negativa pero, en este caso, no es precisamente en contra de las mujeres. Por cierto, aprovecho para señalar que lo adecuado sería referirnos a "feministas y feministos", "machistas y machistos".

Hala, un saludo, y perdón por el tocho (llevo tiempo preparándolo, y ha engordado mucho cada véz que lo he continuado escribiendo).

:)

1 comentario:

Joapain dijo...

Nota-kun, comparto contigo todas tus apreciaciones. Ojalá los políticos puedan evitar la dictadura de lo políticamente correcto y salven el idioma de las tonterías de feministos o feministas recalcitrantes o recalcitrantas y extremistos o extremistas.

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