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Trasfondo Vampiro

Pues nada, para no escribir algo que sea copiar-pegar, he estado rebuscando en el disco duro para poder publicar algo novedoso pero que no tenga que currarmelo, así que voy a reutilizar el trasfondo de mi personaje para la partida de Vampiro que jugamos hace ahora más o menos un millón de años (sí, esa de la interpretación teatral y de las discotecas de nueve pisos).

Ya sé, no es una gran aportación, pero ahora mismo te vas a leer cualquier cosa, así que esto es mejor que nada ;) ¡saludos!.

Este era mi personaje:

Nombre: John McLane (¡qué original!)

Clan: Brujah

País de origen: Estados Unidos

País de residencia actual: España

Edad : 110 años aproximadamente

Edad aparentada : 26-28 años


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¿Crees que estás en situación de preguntar? ¿Quieres saber quién soy? ¿Quieres saber mi historia?. Muy bien, hoy me has pillado de buen humor: te la contaré, pero no hace falta que te sientes, no voy a tardar mucho, pues, como ya te habrás dado cuenta por mi aspecto, no soy un orador. A decir verdad, normalmente prefiero permanecer en silencio y que mi Desert Eagle hable por mí, y es que ya en vida anterior como humano aprendí que ese es el tipo de lenguaje que todo el mundo está dispuesto a comprender.

Me llamo John McLane. Mi primer hogar fue la fábrica textil en la que trabajaba mi madre. Me crió ella sola hasta que cumplí los 10 años, puesto que mi padre desapareció incluso antes de saber que ella estaba embarazada. Hasta esa edad se nos permitía vivir en un pequeño almacén anexo a la fábrica, y los demás empleados nos trataban como si fuéramos su familia. Cuando mi madre murió tras una larga enfermedad, yo tenía 12 años, y aquella supuesta familia formada por los empleados de la fábrica decidió que lo mejor para mí era llevarme a un orfanato. No les culpo por ello, era cuestión de supervivencia: no podían ocuparse de mí, así que decidí que yo sería capaz de ocuparme de mí mismo. Nada más ingresar, me escapé del orfanato, abandoné la zona industrial de Chicago, que era el único mundo que conocía, y pasé a criarme en las calles de Chicago, malviviendo en los suburbios. Pronto comprendí que, en ese tipo de sociedad, el fuerte es el único que tiene opción de sobrevivir: el pez gordo siempre es el que se come al pez pequeño, y yo tenía hambre. Así que empecé a moverme, a valerme por mí mismo, y extendí mi círculo de relaciones desde los delincuentes de poca monta hasta criminales de mayor renombre, que se sorprendían de mi “vocación” -como ellos lo llamaban- para los trabajos sucios. Rápidamente, esta habilidad se convirtió en mi profesión, pues mis progresos no pasaron desapercibidos para las familias mafiosas de la ciudad, y así llegué a convertirme en uno de los sicarios más solicitados para todo tipo de trabajitos que nadie deseaba cumplir: extorsiones a comerciantes, cobro de deudas, pequeños chantajes, apuestas ilegales, ajustes de cuentas… Tuve la oportunidad de ascender en el escalafón y dedicarme a negocios más importantes, pero, sin duda, no soy un hombre de negocios, y mi sitio estaba en la calle. No necesitaba mayor poder, pues eso habría significado atarme a la jerarquía de mando y tener mayores responsabilidades, lo que habría supuesto el perder mi libertad: la libertad estaba en las calles, donde me había criado y ahora se me respetaba. Eso era lo que yo valoraba.

Sin duda, mi Sire tuvo que ver todas estas “habilidades”, pues cuando recibí el Abrazo prácticamente no cambié ninguna de mis funciones: seguía siendo un sicario, sólo que ahora ya no realizaba trabajitos en Chicago para la mafia, sino que pasé a trabajar para mi clan y realizar trabajos en distintos países. Además, con mis nuevas capacidades podía llevar a cabo mi labor de una manera más perfeccionada. Tampoco perdí mi libertad, puesto que mi integridad e independencia eran virtudes valoradas por mi Sire. Cumplo las órdenes, pero no soy la marioneta de nadie. En mi clan saben que hago bien mi trabajo, pero sigo mi propio camino para llevarlo a cabo.

¿Ves? Te dije que iba a ser breve. Si por mi fuera, habría continuado hablando, pero mi amiga Eagle me ha dicho que es su turno de palabra, así que, ya sabes: cuando ella habla, yo permanezco en silencio -John McLane dispara la pistola, y su víctima cae al suelo-.

-Por eso te dije que no hacía falta que te sentaras mientras contaba mi historia: ahora puedes descansar todo lo que quieras…


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas muchas gracias por esforzarte por publicar algo a diario. Esta muy chulo el transfondo pena que dejaramos de jugar. Besos

fry dijo...

¡Qué lectora más agradecida!. Se nota que te aburres mucho ;P (O que piensas que me enfadé porque me dijiste que lo de la vista era un copiar-pegar xD)

Joapain dijo...

Qué guay está tu trasfondo. Me encanta lo de "mi Desert Eagle habla por mí". Ja ja. Que clásico, es buenísimo.

Podríamos rescatar el resto de trasfondos. Yo tengo por ahí el mío y el de khamlita, a ver si me acuerdo de publicarlos.

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