Se entiende como concepto de “espacio personal” la “burbuja de aire” que rodea a un sujeto, y que considera como zona de su propiedad. Esta “burbuja” sirve al individuo para mantener una distancia con los demás que le resulte cómoda, y se puede molestar si alguien no deseado irrumpe en esa “burbuja”, lo cual podría incluso desecadenar un enfrentamiento.Pues bien, hay ocasiones en las que la “burbuja” es algo más que un concepto sobre el aire que rodea a una persona, y pasa a ser una entidad real con asombrosas cualidades.
Sí, amigos, os voy a contar otro inquietante relato, para que andéis con cuidado la próxima vez que hagáis un chiste malapiposo a alguien o intentéis atacar a un sujeto desprevenido, puesto que es posible que tenga una “burbuja” que vele por su seguridad.
Os voy a narrar la historia del niño y su burbuja (basada en hechos casi reales). Este niño nació con un poder especial, que en un principio nadie detectó. El niño pesaba casi 4 kilos al nacer, pero no es que estuviera rellenito: es que venía con burbuja, que eso también pesa lo suyo. Fue creciendo y tardó en hablar, pero le gustaba manipular objetos y arrojarlos a quien se atrevía a traspasar su burbuja, que entonces estaba en formación y no podía protegerlo adecuadamente, por lo que el niño aprendió a arrojar taburetes y puñados de arena a aquel que intentara romper su burbuja.
El niño siguió creciendo, y su burbuja también. Continuaba hablando poco, o eso pensaban sus padres, puesto que en realidad lo que pasaba es que la burbuja atenuaba los sonidos; por eso el niño tampoco hacía mucho caso de lo que le decían, y seguía tirando cosas, pese a que la burbuja ya tenía el poder de protegerlo. Por eso algunos pensaron más tarde que la burbuja no era para proteger al niño del exterior, sino más bien al revés…
El niño siguió madurando, y se integró en un grupo de amigos aparentemente normales, pero que tenían un poder especial: el de lanzar “focus” (es decir, de ensañarse sacando trapos sucios y fallos de alguna persona en plan ¡todos a por él!). Sin embargo, ahí es donde el poder de la burbuja se hizo patente: el “focus” casi nunca era lanzado hacia el niño burbuja, puesto que la burbuja lo desviaba. Y en el poco frecuente caso de que el “focus” alcanzara al niño burbuja, rebotaba rápidamente y pasaba a alguno de los desafortunados más próximos. La burbuja protegía eficazmente al niño de los ataques del exterior; incluso se rumoreaba que las personas excepcionales y que no visten con trapitos (es decir, las niñas del grupo) ayudaban a la protección del niño burbuja, y todo el mundo sintió envidia y quiso tener una burbuja.. Intentaron robarle la burbuja, pinchársela, comprarla en internet… pero nadie lo consiguió, todos fracasaron en el intento, y fueron alcanzados por innumerables “focus” y venganzas chungas del niño burbuja, que descubrió que el agua era su medio ideal para lanzar ataques, puesto que la burbuja flotaba y era casi imposible de hundir.
Sin embargo, algunos de sus malapiposos amigos se aliaron en superioridad numérica, y aprovecharon un momento de bajón del poder de la burbuja para atacar. Este debilitamiento de la burbuja se debió a la acción de una de sus adversarias (supuestamente no friki, por cierto), que tenía un poder especial que era capaz de hacer frente a la burbuja: el vaso-paciencia. Visto así, la paciencia no parece a priori un arma demasiado poderosa (la paciencia es la madre de la ciencia y tal y cual… con eso no se gana nada…). Sin embargo el vaso-paciencia es muy poderoso, porque tiene una capacidad especial: ¡¡se colma!!. Y cuando se colma el vaso-paciencia, llueven tortas en 3 dimensiones y en toda la gama de colores.
Total, que el niño burbuja fue provocado (¿o fue él quien provocó?... nadie lo sabe…) para atacar a la chica con el vaso-paciencia, que ya estaba medio lleno cuando el niño burbuja se unió al jaleo. Y en el medio acuático, que era tan propicio para el niño y su burbuja, fue donde el vaso se terminó de llenar… y se colmó… y la burbuja sufrió un tremendo debilitamiento, que nadie sabe si será capaz de ser reparado…
…Continuará…
(puede que sí, o puede que no…).
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