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Trasfondos I

Haciendo limpieza en el ordenador, navegando por los archivos de mi carpeta de documentos, he recuperado varios ficheros de antaño, de nuestro intento de partida de Dungeons.

Ya puse algo similar en otra ocasión, sobre el sitio por donde iba la partida cuando la dejamos (aquí está el enlace: cuando queríamos ser roleros).

Pues ahora voy a pasar a publicar el resto de la información que tengo, que no se si la recordareis o si la llegásteis a conocer, pero bueno, ya que en su día la hicimos, pues para que no se pierda en el olvido y en el disco duro.

Empezaremos por.... (leed el texto completo)

DRACK KROMMEN, EL SEMIORCO

Fui engendrado con la semilla del mal, con una acción tan malévola como grotesca, un castigo que los dioses no pudieron presenciar, llegue a ver la luz por el abuso que sufrió mi madre, por parte de un grupo de desalmados orcos, probablemente borrachos y sin ningún tipo de miramiento ante las demás razas del mundo, robaron, dañaron y profanaron la virginidad de madre, que volvía de unos encargos que le encomendó la dueña de la casa donde trabajaba. Ese crimen que quedó impune pues las autoridades no hicieron nada.

Al tiempo de lo ya contado nací yo, un joven al que le deparaba una vida difícil pues sangre orca corría por mis venas. Mi infancia fue muy dura, los demás niños no querían relacionarse conmigo, y tal era el odio que los jóvenes me propinaban que se dedicaban a tirarme piedras y llamarme bastardo, me hacían la vida imposible, un día, me encolericé con uno de ellos, el cabazilla y promotor de los principales insultos hacia mi persona, lo deje casi irreconocible, y de alguna manera me convertí en proscrito, detuvieron a mi madre y la encerraron, por mi crimen, el de defenderme, y a mi de alguna manera me condenaron a vivir bajo las sombras de la ciudad, en la zona pobre.

Tarde en acostumbrarme y no lo hubiera conseguido de no ser por (picara), una mediana con actitud jubilosa, la conocí al tiempo de estar condenado en los suburbios, ha sido la única persona que hasta el momento ha intentado mirar mas allá de una tez con rasgos orcos, mas allá de una piel con tonos verdosos, ella a llegado a ver mi corazón.
Nos hicimos muy amigos, y compartí todos mis secretos y sentimientos con aquella mediana, que se gano un hueco en mi corazón.

Ella me enseño a ocultar mis rasgos orcos, a pasar desapercibido entre la muchedumbre, me incito a desarrollar mi fuerza y me presento a Krown, un jubilado guerrero que en tiempos pasados tuvo gran gloria, y hoy vive desterrado junto con nosotros, sin que ningún bardo recuerde sus proezas. El me adiestro para la batalla, me enseño a blandir una espada y a parar golpes con un escudo, y aquí es donde todo empezó, mi venganza para con la raza orca estaba tomando forma.

Un día, cuando llegue de una cacería de orcos, me dio la sorpresa mas grande de mi vida, libero a mi madre del calabozo, y la trajo allí, mis ojos no daban crédito y la lagrimas se deslizaban sobre mis mejillas, ahora estaba a salvo, la milicia no se atrevía a entrar en el barrio pobre. Vivimos felices los pocos meses que duro, pues mi madre, castigada por el tiempo, las heridas inflingidas años atrás por los orcos y la mala vida de los calabozos, hicieron mella en su salud dejando paso al eterno descanso.

Juré odio eterno a los orcos, que me habían privado de tener una vida normal y que tantos años de vida le arrebataron a mi madre.
En todo el tiempo que ha pasado hasta ahora solo me he dedicado a mi venganza, a matar orcos, en compañía de mi gran amiga (picara).


...próximamente más...

¡un saludo!

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